jueves, 18 de noviembre de 2010

PREMIO NOBEL DE FISIOLOGÍA O MEDICINA

La Asamblea Nobel del Instituto Karolinska decidió galardonar con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2010 a Robert G. Edwards, "por el desarrollo de la fertilización in vitro".
Sus logros han hecho posible tratar la infertilidad, una condición médica que afecta a gran parte de la humanidad, incluyendo al 10% de todas las parejas del mundo.
Actualmente tal vez no parezca especialmente notable la fertilización in vitro, pero cerca de cuatro millones de bebés han nacido gracias a este procedimiento.
Hoy en día se ha convertido en una técnica familiar y, para muchos, una opción fácilmente accesible cuando existen problemas médicos para concebir un hijo.
La idea de promover una nueva vida permitiendo que el esperma y el óvulo se encuentren en el ambiente controlado de un laboratorio es algo en lo que ahora podemos contar, pero no siempre fue así.
En los 50, cuando el Prof. Edwards tuvo su visión de ayudar a que parejas sin hijos pudieran concebir mediante la fertilización de los óvulos de las madres fuera de su cuerpo y luego colocarlos en el útero, se sabía relativamente poco acerca de embriología humana.
Aunque la fertilización in vitro había sido probada en otras especies bajo ciertas circunstancias, se descubrió que el ciclo reproductivo humano es muy diferente al de otros mamíferos.
Antes de realizar la hazaña de la fertilización in vitro, Edwards tuvo que determinar en qué momento pueden ser fertilizados los óvulos humanos, qué sustancias controlan su progreso durante su ciclo vital y qué condiciones producen un esperma que pueda fertilizarlos.
En el proceso, descubrió mucho de lo que hoy sabemos sobre la reproducción humana. Parecía que su trabajo tendría éxito durante su primera demostración de fertilización humana en 1969, pero esos óvulos fertilizados nunca pasaron de una sola división celular.
Buscando una fuente alternativa de óvulos humanos, Edwards hizo equipo con el ginecólogo Patrick Steptoe, cuyos experimentos con la nueva técnica de laparoscopía le permitían extraer óvulos directamente de los ovarios femeninos.
Con esta mejora, los huevos fertilizados en el laboratorio se reproducían mejor, dividiéndose varias veces. Sin embargo, al mismo tiempo surgieron otros problemas.
En 1971, en medio del rechazo social a su investigación, el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido decidió dejar patrocinar el trabajo de Edwards y Steptoe.
El proyecto fue rescatado por fondos privados y, en 1978, más de dos décadas después de la primera visión de Edwards, nació en el hospital General Oldham del Reino Unido Louise Brown, la primera "bebé de tubo de ensayo", famosa mundialmente.
Dos años después, Edwards y Steptoe fundaron el primer centro en el mundo para tratamientos de fertilización in vitro, la Clínica Bourn Hall cerca de Cambridge, Reino Unido.
La técnica descubierta por ellos se extendió ampliamente. Para 1986, ya habían ocurrido 2,000 nacimientos, la mitad de ellos resultado de su trabajo en dicha clínica.
Robert G. Edwards nació en Manchester, Inglaterra y tiene 85 años. Después de su servicio militar en la II Guerra Mundial, estudió Biología en la Universidad de Gales en Bangor y la Universidad de Edinburgo en Escocia, donde recibió su doctorado con una tesis sbre el desarollo embrionario en ratones.
Fue científico del Instituto Nacional para Investigación Medica de Londres en 1958 e inició sus experimentos en el proceso de fertilización humana.
Desde 1963, trabajó en Cambridge, primero en su universidad y despué en su propia clínica. También fue editor de varias revistas científicas en el área de fertilización. Actualmente, Robert Edwards es profesor emérito en la Universidad de Cambridge.
Patrick Steptoe murió en 1988, tristemente demasiado pronto para ver crecer a los bebés de esa primera generación in vitro, que llegaron a la edad adulta con una excelente salud, gracias a la seguridad del procedimiento.
32 años después de aquel primer nacimiento gracias a la fecundación in vitro, los cuatro millones de bebés concebidos de la misma manera tienen mucho qué celebrar con este Premio Nobel.
Patrick Steptoe no pudo recibir conjuntamente con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina con Robert G. Edwards, porque el galardón sólo puede ser entregado en vida.

PREMIO NOBEL DE FÍSICA

La Real Academia Sueca de Ciencias ha decidido otorgar el Premio Nobel de Física 2010 a Andre Geim y Konstantin Novoselov de la Universidad de Manchester, "por sus experimentos fundamentales sobre el material bidimensional grafeno".
Detrás del galardón de este año está la más delgada laminilla de carbón ordinario, de un átomo de grosor. Geim y Novoselov han demostrado que tiene propiedades excepcionales.
El grafeno es una lámina extremadamente plana de carbono, con un grosor de sólo un átomo ó 0.142 nm (nanómetros). Es una forma nueva de carbono, una estructura formada por una capa única de átomos arreglados en un entramado en forma de panal.
Pese a ser químicamente sencillo, es un material súper fuerte, muy resistente, altamente conductivo y capaz de revelar nuevos secretos sobre la física cuántica.
Puede utilizarse en una amplia gama de aplicaciones. Es ideal para la electrónica, la fotónica y otras aplicaciones como la fabricación de pantallas táctiles transparentes, paneles ligeros e incluso celdas fotovoltaicas.
Este novedoso material fue producido a partir del viejo y conocido grafito, del cual están hechas las puntas de los lápices. Éstos funcionan porque el grafito está formado por capas superpuestas de átomos de carbón. Al escribir, se desprenden y quedan terrones sobre el papel.
Un milímetro de grafito contiene tres millones de capas de grafeno superimpuestas. Éstas son mantenidas débilmente juntas y, por lo tanto, pueden despegarse y separarse sin dificultad. El grafeno consiste en una sola de dichas capas y puede ser exfoliado de un terrón de grafito.
Geim y Novoselov lograron aislar en 2004 las finas láminas de grafeno del grafito, durante uno de sus "experimentos de viernes por la noche", cuando habitualmente juegan con nuevas ideas.
Los investigadores utilizaron cinta adhesiva común para despegarlas. Posteriormente las pegaron a una placa de silicio y utilizaron un microscopio para identificarlas entre los mayores fragmentos de grafito y desechos de carbono.
Así lograron obtener una capa de carbón, cuando muchos pensaban que era imposible que esos finos materiales cristalinos pusieran ser estables. Con el grosor de un átomo, el grafeno sólo puede ser visto bajo condiciones muy específicas.
Como conductor de electricidad, el grafeno se desempeña tan bien como el cobre y al conducir calor supera a todos los materiales conocidos. Aunque es casi transparente, su densidad es tal que ni el helio, que es el átomo de gas más pequeño, puede atravesarlo.
Los expertos opinan que podría reemplazar al silicio como componente de transistores, circuitos integrados o microchips para computadoras y ser usado en pantallas táctiles. El carbón, base de toda la vida conocida en la Tierra, ha vuelto a sorprendernos.
Andre Geim nació en Sochi, Rusia, es ciudadano holandés y tiene 52 años. Cuenta con un doctorado en Física y es director del Centro para Mesociencia y Nanotecnología de la Universidad de Manchester en el Reino Unido.
Konstantin Novoselov nació en Nizhny Tagil, Rusia, es ciudadano ruso y británico. Con 36 años, es el galardonado más joven de este año. Es doctor en Física y Miembro de la Real Sociedad Británica. Trabaja con su colega en la Universidad de Manchester.
Hace diez años, sus juegos en el laboratorio de física de la Universidad de Bristol, Inglaterra, les permitieron recibir uno de los llamados premios Ig Nobel que se otorgan "a las investigaciones más poco probables".
Como lo hemos comentado en Las Redes el Tiempo, se han vuelto casi tan famosos como los Nobel reales. Geim y Novoselov lo recibieron por sus experimentos utilizando campos magnéticos para hacer levitar ranas.